Efectivos de la Policía Nacional detuvieron el martes a cuatro grafiteros que el pasado mes de febrero causaron el pánico en un tren de Cercanías en Vallecas después de irrumpir en un vagón al grito de «atentado» y tirando disolvente. La broma podría haber acabado en tragedia, ya que los pasajeros huyeron por las vías férreas cuando la circulación no estaba detenida. Además, los acusados causaron desperfectos en varios vehículos por valor de 170.000 euros y por los que afrontan 26 delitos de daños y trece de desórdenes públicos. Según fuentes de Jefatura Superior de Policía, los arrestados forman parte de un grupo específico de grafiteros conocidos como «OFCS».

Los investigadores concluyeron que los detenidos accedieron a la estación y permanecieron cincuenta minutos en el andén. En ese tiempo pasaron varios trenes antes de que los grafiteros entraran en el último vagón de un convoy con el rostro oculto bajo gorros o bragas. Cuando estaban en el interior forzaron la puerta de acceso a la cabina y manipularon la seta de emergencia y el inversor de marcha, lo que provocó que el tren se parase de manera brusca. Fue entonces cuando se apearon y realizaron las pintadas para después huir corriendo por las vías hacia una estación cercana.

La Policía Nacional identificó a los arrestados gracias a las firmas de las pintadas, un signo que distingue a los autores dentro de los grafiteros. Una vez localizados y tras haber comprobado su conexión con otros 26 delitos de daños materiales y otros 13 de desórdenes públicos por el método del «palancazo», los efectivos detuvieron a los cuatro acusados en sus domicilios.

Fuente: LaRazon.es